¿Dónde estabas tú cuando todo el país contuvo la respiración por 126 días? Esa tensión colectiva, ese momento histórico que marcó a millones de peruanos, ahora llega al cine con Chavín de Huántar: El Rescate del Siglo. Dirigida por Diego de León, esta película revive una de las operaciones más impactantes de nuestra historia reciente con una mezcla de adrenalina, emoción y orgullo nacional.

Desde el arranque sabemos que no es solo acción: es un homenaje. El filme nos muestra los 126 días de tensión en la toma de la embajada japonesa en Lima, en 1996, y el rescate que movilizó al país entero. Pero lo que hace diferente esta versión es cómo mezcla el heroísmo con lo humano: vemos a los comandos, vemos a los civiles, y vemos el peso que cargan todos. No es un relato “superhéroe”, es un relato de gente que hizo su parte.

La recreación del lugar de los hechos —acompañada de explosiones, relojes que no se detienen y decisiones que marcan vidas— logra meterte en la sala, sentir la respiración contenida. Y el ritmo, aunque intenso, da espacio para los personajes: no solo “salvan”, también viven, dudan, pierden, esperan.
La actuación del elenco peruano —por ejemplo Rodrigo Sánchez Patiño como Juan Valer “Chizito”, André Silva, Sergio Galliani— le da peso real al relato. No se trata de caras “internacionales” para vender: se trata de talento local que entiende la historia, la emoción y el contexto peruano.

En algunos momentos la cinta parece oscilar entre la “película de acción” y el “drama histórico”, lo que puede complicar el tono. Pero precisamente ese vaivén le da vida; nos recuerda que entre el estruendo y la planificación también hay humanidad, miedo y esperanza.
Si te interesa el cine peruano que se la juega, que habla de nosotros y para nosotros, esta película es un “must”. Chavín de Huántar no solo conquista la taquilla (ya superó el millón de espectadores en Perú). También abre conversaciones sobre memoria, identidad y lo que significa “servir al país” en pantalla grande.

¿La viste ya? Te invito a verla, disfrutarla en pantalla, debatirla con tus patas y reconocer que este tipo de cine vale una entrada. Y si no la has visto… hazla parte de tu lista de pendientes este finde.