Hace dos años, fui al Teatro La Plaza a ver Congreso. Era la primera vez que veía actuar a Ernesto Pimentel quien interpreta a “Perica de Los Palotes”, presidenta de nuestro -desordenado- congreso. Su facilidad para improvisar hizo que toda la sala ría a carcajadas al burlarse de la situación de nuestros legisladores, y a pesar de no estar de acuerdo con muchas de las decisiones que se toman en los curules, hizo que se tomen deportivamente.
Esta vez, me enteré que la función volvía pero con un formato virtual al que han llamado Congrezoom y ha sido una experiencia distinta que no deja de ser divertida, sobre todo porque han actualizado los chistes de acuerdo a la coyuntura. Cada noche, dos artistas diferentes hacen el papel de congresistas para defender sus ideas, buscando promulgar leyes que aprueben o desaprueben. La función a la que asistí fue sobre el matrimonio igualitario; esta vez, Mayella Lloclla y Christian Ysla, fueron los congresistas de la noche.
Además, se muestra un punto de vista válido que hace reflexionar sobre el odio y discriminación que existe en nuestra sociedad hacia la comunidad LGTBIQ+; y aunque ahora el poder legislativo tiene miembros nuevos, la situación parece no haber cambiado mucho.
Congrezoom, es una obra que hace reflexionar sobre situaciones que enfrenta la comunidad LGTBIQ+ a diario, de las que uno normalmente no se percata: abusos, omisiones, leyes sin sentido que los oprimen y no los dejan ejercer sus derechos como seres humanos, más allá de quiénes hayan elegido ser. Si de por sí en el teatro hay que improvisar cuando algo no sale como se planeó, hay que prepararse para improvisar aún más cuando la obra es en vivo y por Zoom. Lo digo porque a Christian Ysla se le fue el internet por unos minutos, pensé que era parte de la obra hasta que al final, se disculpó.
Esta obra es una colaboración del Teatro La Plaza y Presente ONG, con un mensaje potente que vale la pena escuchar, estrenó hace unos días y dura un poco más de una hora.