Hoy 13 de febrero se cumplen 50 años del primer disco de Black Sabbath. Esta legendaria banda caracterizada por inspirarse en el heavy metal, realizó este disco en 1970 con una particular sonoridad determinando el estilo que continuaría en el transcurso de su carrera.
El disco fue parte del sello Vértigo/Phillips y con el trabajo que el cuarteto de Birmingham grabó y masterizó en sólo dos días. Pero, lo que aún destaca y de lo que se habla es sobre el trabajo que realizó la banda para unir el heavy metal con el ocultismo, teniendo cierta atmósfera satánica.
Tras el lanzamiento del disco, este fue un éxito comercial alcanzando el octavo lugar en ventas en Reino Unido y obteniendo el puesto 23 en la reconocida lista de los Billboard, muy a pesar del bajo presupuesto que tuvieron para grabarlo y difundirlo. La banda estaría conformada en ese entonces por Ozzy Osbourne, el guitarrista Tony Iommi, el bajista Geezer Butler y el baterista Bill Ward y con un estilo influido por el trío Cream y Vainilla Fudge.
El disco contaba con 7 canciones y fue posicionado por la revista Rolling Stone en el puesto 243° en su lista de los 500 Mejores Discos de la Historia.