Empiezo a escribir esto, el mismo día que fui a ver la obra, antes de irme a dormir; con muchos sentimientos encontrados y con el corazón revuelto. Antes de empezar a contarles mi experiencia, googleé “síndrome de down” para entender un poco mejor el contexto. ¿Por qué? Porque esta versión, dirigida, escrita y adaptada por Chela de Ferrari es interpretada por actores con este síndrome.
Hamlet es un clásico de Shakespeare. Esta tragedia ocurre en Dinamarca, cuando el rey (padre de Hamlet) es asesinado, su fantasma se le aparece a Hamlet con el fin de vengar su muerte; pero esta adaptación, le da un giro a la obra original.
Si no sabes de qué trata esta obra, se te hará un poco complicado entenderla con esta versión, porque los actores mezclan experiencias de su vida, con fragmentos de la obra en sí. Sin embargo, es una bonita manera de verlo desde otra perspectiva y comprender que la mayor parte del tiempo, las personas con síndrome de down se sienten rechazadas, minimizadas o limitadas.
Este montaje es un gran logro y superó mis expectativas…y no es que me la pase llorando en todas las obras a las que voy; pero esta vez no podía aguantar las lágrimas, me conmovió un montón. Aunque por momentos la obra se hacía un poco lenta; la estructura combinada con las ocurrencias de los actores y la inocencia, hacen que las 2 horas se pasen volando.
Por otro lado, la escenografía fue simple, pero significativa; con una pantalla al fondo que por momentos servía para mostrar subtítulos y en otros, para entender mejor la obra. Al final de la función, puedes unirte a la fiesta, bailar con el elenco y disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida.
Si tienes la oportunidad de ir, anda, no te vas a arrepentir. Hamlet está en el Teatro La Plaza en Larcomar hasta el 19 de noviembre y puedes comprar las entradas en la boletería del mismo teatro.