Era el momento cumbre de la noche, Brendan Fraser había conquistado el máximo galardón de su carrera, el actor había conseguido el Oscar como ‘Mejor Actor’ por su película ‘La Ballena’.
El teatro estallaba en aplausos y en muchos actores, además de Fraser, visiblemente emocionados. Y es que después de haber sido ignorado por Hollywood, invitado a premios de clase B y tachado de diversos proyectos por denunciar un caso de abuso durante su juventud, este era uno de los mejores ‘comebacks’ que un actor pudiera desear.
“Caballeros, sus corazones de tamaño ballena nos permite ver dentro de sus almas como nadie más lo puede hacer, es un honor ser nombrado junto a ustedes en esta categoría. Quiero decirles que solo las ballenas pueden nadar en la profundidad. Quiero dar las gracias por este reconocimiento porque pudo ser posible por el elenco. A mis hijos y mi esposa que me guian. Gracias nuevamente a cada uno de ustedes, estoy muy agradecido”, mencionó en su discurso de aceptación.
Pero no sólo había sido la noche de Brendan, la gran Michelle Yeoh consiguió su Oscar por su fabulosa actuación de ‘Todo en todas partes al mismo tiempo’. Desde su actuación en ‘The Mechanic’, la actriz malaya demostró que el máximo galardón del cine merecía tener su nombre. Su máxima contrincante, Cate Blanchett, se mostró emocionada por el reconocimiento de su colega.
“Para todos los niños y niñas que se parecen a mí, que me están viendo esta noche. Esta es una luz de esperanza y posibilidades. Esta es prueba de que puedes soñar en grande, de que los sueños se hacen realidad. Y damas, no dejen que nadie les diga que ya pasó su momento, nunca se den por vencidas”, habló la malaya.
Sin dudas, estos fueron los Oscars más emotivos y en donde se demostró que siempre es el tiempo perfecto de los regresos y en dónde el esfuerzo es premiado.