Quiero comenzar diciendo que soy de las que disfruta las historias de amor o romance (ya sea en el cine, en libros o, mejor aún, en el teatro), los conflictos que viven las parejas y cómo los superan o qué solución le dan. Es por eso que la obra “Perfectos Desconocidos” captó mi atención desde el principio.
Los sucesos inesperados y las situaciones sorpresa (sin ser spoiler), le dan un toque especial. Los recursos que utilizan en cada diálogo y el dinamismo, hacen que sea una de las obras más graciosas que he visto.
¿Qué es la amistad? ¿Cuánto conoces realmente a quienes consideras tus amigos? Los años pasan, la vida cambia, cambia todo el tiempo y lo que toca, es adaptarse a cada situación para superar los problemas que se presenten. Cuando llegamos a ser adultos, ¿hacemos lo establecido por la sociedad o lo que nos hace felices? Vivir de apariencias empieza a hacerse costumbre y estamos, todo el tiempo, pendientes de lo que hacen los demás y, dependemos tanto de la tecnología que, los celulares, son como la caja negra de nuestras vidas, todo (o casi todo) está ahí.
Y como dice el famoso dicho: “el que busca, encuentra” y no necesariamente todos encontrarían cosas malas después de revisar el celular de su pareja, pero quizás sí muchas cosas que no sabían, al punto de llegar a pensar que no conoces a esa persona. Entonces, me pregunto: ¿Es necesario contarle todo a tu pareja? ¿Se vive mejor cuando se ocultan algunas cosas? ¿Dejarías que tus amigos o tu pareja revisen tu celular? ¿Tu celular tiene contraseña?.
Por otro lado, la escenografía estuvo impecable. Esta logra separar cada ambiente de la casa de tal manera, que hace que el escenario se vea más amplio y para mí, el baño fue el espacio con mejor estructura. Y aunque, por momentos, la obra se volvía un poco densa por la cantidad de diálogo y poco movimiento, les aseguro que se van a reír a carcajadas.
Perfectos desconocidos estrenó ayer en el Teatro Pirandello, estará hasta el 11 de noviembre. Si van, no se olviden de contármelo.