Puede sonar raro para quienes estamos acostumbrados a planificar un fin de semana, particularmente todo un domingo, completamente alejados del mundanal ruido, pero la presencia confirmada de Phil Anselmo, el exvocalista de Pantera en nuestra tres veces coronada villa, nos ha alterado los planes por completo. Y esto no suena ninguna queja, en lo absoluto. Por el contrario, ya estamos pensando en cuál será la excusa que habrá que poner el lunes siguiente ante lo que suponemos nos dejará alguna lesión justificada por el frenesí de las descargas metaleras que nos convocan.
Philip H. Anselmo tocará por primera vez en Lima para genuina sorpresa de sus fans, aquellos que desde la década del noventa (¡prácticamente 20 años atrás!) esperaban ensordecer en vivo con los gritos guturales de la voz inconfundible de Pantera, la legendaria banda de metal que llevó al género a un nuevo nivel de impacto sónico. Esta vez, Phil llega con una nueva agrupación, The Illegals, con quienes lanzó en 2017 su segundo disco titulado Choosing Mental Illness As a Virtue, álbum que ha cosechado críticas positivas.
Anselmo sigue siendo un personaje sumamente inquieto, prueba de ello son las numerosas agrupaciones y colaboraciones musicales que ha tenido luego de finiquitado su trayecto con la banda de Texas, en las que aporta su apabullante personalidad y notorio vozarrón. Pero, antes de convertirse junto a los hermanos Abbott, Dimebag y Vinni Paul, más es sólido aporte rítmico de Rex Brown, en la banda punta de lanza de lo que se calificaría como groove metal, el buen Phil tuvo que sufrir una necesaria transformación junto a sus compañeros de banda.
Para mayo de 1988, Anselmo debuta oficialmente como vocalista del cuarteto, con el lanzamiento de Power Metal, cuarto álbum del grupo, y con el que terminarían de despercudirse de aquel glam metal que haría sonrojar a sus fans noventeros (basta mirar aquella portada…) y que fuera su insignia hasta mediados de aquella década (con discos de títulos irrepetibles como I am the night) para adentrarse en terrenos del thrash. La transición se completaría exitosamente con el lanzamiento de Cowboys from hell en julio de 1990, un disco fundacional y que para muchos significaba el verdadero inicio de Pantera.
La importancia de este disco y, sobre todo, de este “nuevo” grupo y sus posteriores e igual de básicos lanzamientos, diferentes en sonido, look y actitud, no se pueden desmerecer ni pasar por alto. Y el propio Phil es demasiado consciente de esto, más allá de la mala manera en que culminó su aventura metalera con la banda. Prueba de ello es la interpretación que hace de varios temas de su antigua banda en su repertorio ilegal. Es lógico, la estela de uno de los cuartetos más pesados del heavy metal aún no se desvanece y más de una generación de metaleros ha soñado con transpirar aquellos mazazos en vivo alguna vez en su vida.
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Aún cuando resulta una pena no haber podido disfrutar de un show con la agrupación original (hoy imposible, dado el trágico fallecimiento de los hermanos Abbot: el guitarrista Dimebag Darrell muere asesinado a tiros durante un show, y el baterista Vinnie Paul falleció el año pasado de una miocardiopatía), quienes ya contamos con una entrada para el show de Phil Anselmo & The Illegals en sabemos que la cita es infaltable, pues aquellos temas que taladraron nuestro cerebro salidos de la recia garganta del pelado cantante nuevamente nos van a pulverizar los oídos, esta vez a pocos metros de distancia.
En efecto, el también vocalista de Superjoint Ritual y Down, llega a nuestra capital para entregarnos este 25 de agosto en el C. C. Festiva el tour Vulgar Display of 101 Proof, con un setlist íntegro de temas de Pantera, y nuestro corazón quiere explotar ya mismo. Aunque mejor, preferimos aguantarnos hasta escuchar “Mouth for War”, “Becoming”, “I’m Broken”, “Walk” y “A New Level” para desatarnos en lo que esperamos sea uno de los pogos más brutales a los que nos hayamos sometido, y así poder justificar con mucho gusto el descanso médico que nos permita recuperarnos merecidamente el lunes recordando aquella noche anterior de rock pesado puro y duro. Que los dioses del metal hagan su voluntad.
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