Desde hace tres años no había podido tener más de un día en casa. Daniela Feijoó aún recuerda que la grabación del último capítulo de la novela “Chapa tu Combi” terminó a las tres de la mañana y seis horas después tenía que estar en el primer día de rodaje de la película que está protagonizando. Así, para ella, vivir sin tiempo libre y con la adrenalina como gasolina se había vuelto normal. Tras venir grabando tres novelas de manera consecutiva, desde el 2018; para ella tomarse un respiro era lo que hacía en los taxis que la llevaban de los estudios de grabación a su casa y viceversa.
Cuando la cuarentena se oficializó, ella estaba entre un viaje de trabajo por el Norte y las grabaciones de una película. Para ese momento, tenía la agenda tan apretada que no podía ni estornudar. No recuerda desde hace cuánto no se sentaban en familia a almorzar, pero hoy valora cada bocado que combina con risas todos los mediodías. Sus días pasan con tanta tranquilidad que incluso admite que ha adormecido su piconería a la hora de jugar Monopolio con sus hermanos. No reclama, no pelea y hasta ha aceptado el veto que le prohíbe ser banco.
Además confiesa que, en pro de la convivencia, está controlando sus ganas de decir todo lo que piensa y tener siempre la razón. ¿El resultado? Una calma inusual en casa que despierta el orgullo de sus padres. Un logro, de estas primeras dos semanas del cual está orgullosa y que espera poder alargar sin dañarse la lengua de tanto mordérsela.
Daniela desde pequeña tuvo claro que quería ser actriz y cuando llegó el momento de definir su futuro sus papás no dudaron en apoyarla. Pese a lo arriesgada que sonaba la apuesta, ellos no le pusieron la menor presión para quebrar su pasión. Es más, su mamá la inscribió en su primer taller de actuación -en sus últimas vacaciones escolares- y le consiguió su primer casting. Hoy, ese apoyo lo siente como una gran responsabilidad y por eso no baja los brazos para pagar con creces la apuesta que hicieron sobre ella. Por eso, por que le encante tocar guitarra, de haber heredado el gusto por la moda (de su madre diseñadora) o que se las haya ingeniado para crear un plato que se sirve en 601 Espreso Café (el negocio familiar), ella tiene claro que la actuación es su vida.
Por estos días, tiene en la cabeza la melodía de “Por Primera Vez” de Camilo y Eva Luna. Sabe que la letra no tiene que ver nada con la cuarentena, pero es consciente que la viene escuchando tanto que cuando pasen los años y se la tope será imposible no acordarse de estos días. Ni bien termine la cuarentena, cual Garfield, tiene claro que el primer sabor que quiere sentir es el de una lasagna. ¿Y de ahí? Volver a las grabaciones de la película, llevar a la práctica todas las ideas que está trabajando del personaje que hoy le toca dar vida y sentir nuevamente el calor de los reflectores del rodaje. Lo dice emocionada como quien quiere exhalar todo el oxígeno que está aguantando, por estas horas de pausa, para la próxima maratón que se le viene.