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Reflexiones de 40tena con Jorge Talavera

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La cuarentena llegó a su vida un día antes que se dictará la inmovilidad parcial. Su nueva obra de teatro, “Mañana me caso”, no tenía más de seis funciones cuando le dijeron que no iba más en salvaguarda de todos. ¿La situación asustó a Tala? Como a todos, pero tenía la tranquilidad que días antes se había hecho una serie de exámenes médicos que le habían otorgado un documento que hoy atesora como un diploma: sano en todo. Defensas altas, glóbulos rojos robustos y plaquetas listas para combatir lo que se venga. Contrariamente una compañera del elenco de su obra, en esta coyuntura, les confesó que sufría de diabetes motivo por el cual todos tenían en claro que si “Mañana me caso” no se autopausaba, ellos lo iban a hacer.

El día previo al aislamiento obligatorio, Tala decidió que el encierro lo iba a vivir con Mariana, su novia desde hace seis meses. Dejó el departamento que compartía con su mejor amigo y se mandó a mudar para ver qué tal. All in. Pasada ya la primera semana de convivencia, Jorge tiene en claro que cuando la cuarentena termine volverá a su departamento de soltero para recoger las pocas cosas que le quedan y volver a esta cuarentena pero en condición permanente.

Lo primero que cocinó Tala, en este aislamiento, fue una lasaña de berenjena que Mariana le enseñó. Para alguien que solamente se podía jactar de hacer sanguches mixtos y caramelizar cebollas, esa experiencia ha hecho que por estos días se sienta más Acurio que Talavera. Aún así, y pese a todo lo que viene cocinando, nada puede quitarle de la mente el primer antojo que ya tiene definido para el día que recupere la libertad: Makis.

La imagen puede contener: una persona, interior

Pese a tomarse cinco tazas de café diarias, y no pisar la calle para nada, Tala admite que no ha generado ningún tipo de ansiedad por el encierro. Lo más cercano a la locura ha sido un sueño, de hace unos días, donde veía cómo se le derretían la cara a un grupo de payasos. El sueño fue tan intenso que recuerda haber abierto los ojos mientras gritaba asustado. El episodio provocó un despertar arrítmico cardíaco de Mariana quien confiesa está pensando, por estas horas, cambiar todo ese café con el que Tala ahoga su ocio por una versión descafeinada.

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