¿Alguna vez fantaseaste con vivir en el pasado? La música, la moda o la arquitectura de un tiempo pasado a menudo nos hacen pensar que ese podría haber sido nuestro lugar. Sin embargo, pocos dan un paso más allá; tal vez adquieran un mueble o alguna prenda de ropa vintage pero Judy construye una fantasía donde el más mínimo detalle está diseñado para que cuando cruces la puerta de su casa te transportes a los años 50.
¡Casa, llegué a cariño! invita a una profunda reflexión sobre la realización personal, el equilibrio entre tradición y modernidad, y la necesidad inherente de cuidar del hogar. El viaje de Judy, la protagonista, es tanto cómico como conmovedor, mostrando su lucha interna al enfrentarse a las expectativas sociales y sus propios deseos. Las interacciones con su esposo, amigos y especialmente con su madre, nos obligan a confrontar nuestras propias expectativas y prejuicios.
Bajo la dirección de Patricia Biffi, se nos presenta a una Judy compleja, reflexiva y sensible, que nos hace reír sin caer en lo superficial. Acompañada de un elenco excepcional, la obra explora capas profundas de significado, donde cada momento de humor se convierte en una oportunidad para la reflexión.
La obra aborda temas fundamentales: los roles de género, las presiones sociales, la importancia de la honestidad en las relaciones, y el delicado equilibrio de dar y recibir en una relación de pareja. Además, nos interroga sobre si estamos honrando el trabajo que otras mujeres hicieron en el pasado para que hoy disfrutemos de ciertos privilegios.
También habla de la violencia que puede venir de los amigos, jefes o familiares, y la normalización de esta misma. Finalmente, la obra plantea una pregunta poderosa: ¿somos cómplices?