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Reseña | La Doctora: Una brillante puesta en escena de males modernos

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La doctora Ruth Wolff, directora fundadora de un​ prestigioso ​Instituto de investigación, se niega a dejar entrar a un sacerdote católico al quirófano donde una adolescente está muriendo​. Después de que una grabación del altercado con el sacerdote se haga viral en Internet, Ruth recibe feroces críticas de parte de sus colegas del Instituto, del padre de la niña, de personas en las redes sociales y, finalmente, de un panel televisivo de grupos activistas, quienes critican la intención y decisión de Ruth.

Con esa sinopsis, se promociona La Doctora. Una obra de teatro protagonizada por Diana Quijano y dirigida por Urpi Gibbons, que estrenó su temporada el 17 de enero de este año. Desde entonces, se ha convertido en una puesta en escena que ha generado distintas emociones en sus espectores. Disruptiva, moderna y con bastante crítica. Así podríamos describir a esta adaptación de El Doctor, una obra inglesa escrita por el dramaturgo Robert Icke, quien es considerado como “la gran esperanza del teatro británico”.

Su obra, que ha sido catalogada como la mejor de la década según TIMES, resalta por exponer, en constantes yuxtaposiciones, distintas problemáticas del mundo actual. Lo logra a través de sus personajes y los constantes enfrentamientos que va colocando sobre las tablas. Ciencia versus religión, ética versus practicidad, una discriminación que parece que por momentos roza lo absurdo y un victimismo que encuentra su lugar en los absolutos. Pero aunque parecieran problemas contemporáneos, lo cierto es que el guion surge del texto clásico de Arthur Schnitzler, “Professor Bernhardi”. Basta decir que es de 1912 para darnos cuenta de que, aunque las formas hayan cambiado, el fondo muchas veces sigue siendo igual.

Una propuesta interesante de la obra, que viene desde su dirección original, es el hecho de escoger actores con características físicas distintas a sus personajes. Los únicos que se mantienen fiel a su descripción son La Doctora y los miembros del talk-show.

Así, lo que en un principio parece un disparate o tan solo una manera de ahorrar actores haciendo que representen más de un personaje, con la esperanza de que la imaginación del público se encargue de poner a cada uno en su lugar, termina siendo lo contrario. Es intencional el aludir a personajes que se ven totalmente distintos a los actores y es esta decisión la que desvela otra de las capas de su profundidad. De tal modo, la historia te exige abandonar cualquier seguridad que tenías hasta el momento para estar atento ante cualquier posible giro que surja.

Obviamente, nada de esto sería posible de no contar con un elenco magistral. Diana Quijano regresa con una actuación que lleva a cada uno de la mano por el sinfín de emociones que recorre su personaje. La Doctora, Ruth Wolff, una mujer que es una eminencia en la medicina, con una dureza que vemos resquebrajarse únicamente en su casa, cuando la presencia de su pareja se hace evidente y su realidad de vuelve más clara. “Soy doctora antes que persona”, afirma en cierto momento. Una declaración que sostiene a lo largo de la obra, sobre todo cuando un problema tan mínimo escala al punto de convertirse en una cacería de brujas.

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Porque parece ser que así es como funcionan las cosas ahora.

Ya no hay lanzas, hogueras ni fuego. En cambio, sí que hay Instagram, Twitter o X y críticas constantes. Una discusión que se viraliza por las redes sociales y que sostiene la verdad de cada persona, una verdad subjetiva que no se sostiene en hechos. Pero sí que encuentra su base en una libertad de expresión mal ejecutada y se protege en etiquetas de minorías.

La puesta en escena de La Doctora es exquisita, compleja y emocional. Por esto hay que agradecerle a Urpi Gibbons, quien se encargó de dirigir su obra (y no cualquiera, su primera), y a su ayudante de dirección, Vera Castaño.

Conformando el equipo, también encontramos a Augusto Mazzarelli, Magali Bolívar, Gabriela Velásquez, Luis Sandoval, Ebelin Ortiz, Jorge Armas, Javiera Arnillas, Yamile Caparó, Gabriel González y Carolay Rodríguez. Todos ellos han aportado su cuota de talento para hacer que La Doctora sea, capaz, una de las mejores obras de teatro del 2024. 

La Doctora está en su última semana en el teatro La Plaza. Su temporada termina el 19 de marzo. Las funciones van de martes a sábado a las 8:00 p.m. y domingos, 7:00 p.m. Las entradas las puedes conseguir en Joinnus.

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