Luego de largos meses de recuperación post pandemia, el Centro Histórico de Lima –específicamente, la Plaza San Martín– retoma viejos bríos y lanza nuevas propuestas culturales y artísticas. En este contexto, se inaugura la exposición “Ayudamemoria”, última individual de la artista peruana Iris Silva, que está bajo la curaduría de Luis Miguel Díaz.
Este conjunto de imágenes, hechas exclusivamente a lápiz, destacan por sus detallados entramados e intensas emociones; desbordadas más allá de los límites del papel. De formato medio, el conjunto de obras es un intento por recrear, a través de la memoria, instantes perdidos anticipadamente.
La memoria es la facultad humana que se rebela ante la vulnerabilidad de la existencia. Que se impone, a fuerza y voluntad, a la realidad efímera e imperfecta. Es el poder de la mente que evita, de cierto modo, el irremediable final: el desenlace imperativo del mortal.
¿Es entonces la memoria una pelea contra la muerte? “Ayudamemoria”, la última muestra de Iris Silva, se construye en torno a esa idea: imágenes específicas, estampas alegóricas, fragmentos difusos; pedazos que se buscan entre sí y se reúnen pacientemente en una elaborada trama artesanal.
Egresada de la Pontificia Universidad Católica del Perú, cuenta con estudios de maestría en Mediation Culturelle en La Sorbonne de París y en Periodismo Gastronómico en la Universidad Complutense de Madrid. Con una educación artística formal, Iris Silva se decida desde hace ya varios años al arte.
Con dos individuales anteriores: una bipersonal y numerosas muestras colectivas (es parte, además, del colectivo de artistas Blend). Su obra, de carácter expresionista, es un poderoso e inquietante canto a la femineidad.