Uno de los más grandes retos para los emprendedores es atraer talento. Esto se debe, en gran medida, a la clásica pregunta para alguien que está empezando a trabajar: ¿Cuál es mi línea de carrera?
Esta respuesta es mucho más clara en una corporación, con títulos y periodos de tiempo establecidos. En una startup o una organización relacionada, la línea de carrera es incierta y determinada por muchas variables. Pero las oportunidades de crecimiento existen, solo que no están escritas en un manual. Están en tus propias manos.
Acá uno ejemplos:
Chepe Bahamondes se unió a Joinnus, entendiendo que tendría un sueldo menor y más horas de trabajo pero que podría trabajar de cerca con personas talentosas y solucionando un problema real.
Joinnus en ese momento era poco más que un MVP (minimum viable product). Por confiar en Joinnus y demostrar su capacidad, Chepe hoy es uno de los que lidera el equipo de marketing (rol importantísimo en una startup B2C), tomando decisiones estratégicas para una compañía que transacciona más de S/.20MM . Y más importante que eso, creció 220% el último año.
Similarmente, Pierina Salinas, primera de su promoción en la Universidad de Lima, asumió el riesgo de trabajar con Gonzalo Villarán y conmigo en UTEC Ventures (UV). UV en ese momento tenía pocas inversiones y muchos más errores aprendizajes que aciertos. Pierina rápidamente tuvo un impacto, ayudando en el crecimiento y consolidación de UV. Era tan evidente que terminó siendo reclutada por AmigoCloud y hoy, a sus 23 años, está trabajando como “Head of Operations”, una posición de liderazgo dentro de esa startup con presencia en 6 países e ingresos de varios millones de dólares anuales.
Cuando te unes a una startup no te van a poder decir que en un año o dos podrás ser un analista senior. Y que al cuarto postulas para tu MBA para volver como asociado, eso no va a suceder. Pero si estás dispuesto a navegar por incertidumbre y confías en tu capacidad para generar valor, el upside es mayor.